Espectáculos
Noche paranormal con El Dipy: Entrevistó a un sacerdote exorcista
Manuel Acuña, arzobispo luterano, estuvo presente en voz en «Los Desclasados»
Durante el programa del jueves 22 de julio de El Dipy y Miriam Salinas, se promocionó la presencia de Manuel Acuña, un sacerdote y eminencia latinoamericana en lo que refiere a exorcismos. El arzobispo es demonólogo, parapsicólogo, escritor y fundó la primera escuela de exorcismos en el país.
Manuel inició explicando que lleva 18 años, de los 59 que tiene, realizando exorcismos y que realizó esta práctica en más de 1200 ocasiones. Además le comentó a su anfitrión que participó en 2019 en la Cumbre de Exorcistas, siendo un invitado por parte del Vaticano. El arzobispo dijo que fue el único latinoamericano en toda la reunión, representando así a 42 países.
«La gente piensa que es algo mitológico», infirió El Dipy sobre la actividad del sacerdote. Manuel Acuña explicó que no se trata de una cuestión meramente folklórica, ni «medieval» o perteneciente exclusivamente a un grupo social. «Sobre el exorcismo se relatan varias leyendas, anécdotas y a veces se desdibuja», comentó el especialista en el tema.
Su primer exorcismo
El Dipy le pidió a su invitado que contase una experiencia de exorcismo en donde haya sentido terror. El exorcista argentino en ese momento compartió una anécdota que tuvo a él y a una niña de 15 años como protagonistas. Narró que la joven llegó acompañada de sus padres al templo donde celebraba misa y que comenzó a revolcarse en el suelo. Cuando se percató de su presencia y fue a verla, 8 hombres intentaban contenerla sin éxito.
«Los soplaba como si fueran de papel», describió la situación el clérigo. El exorcista afirmó que los padres veían muy conmovidos porque no sabían que le pasaba a la hija y que los médicos no daban un diagnóstico certero ante su situación. Fue entonces cuando intervino él y practicó en esa joven su primer exorcismo oficial. No fue el último ya que la chica, de acuerdo con Manuel, llevaba 3 espíritus de muertos.
Una vez concluido el proceso, el sacerdote pidió un momento para tratar retirarse un minuto del escenario. El exorcista contó que se trató de una experiencia muy importante y crítica para él y que, pese a no estar asustado, se trató de algo sorpresivo que no esperaba vivenciar. «Entonces salgo a la calle, voy a tomar la llave de mi automóvil, abro la puerta y antes de poner la llave en el contacto las perillas de las puertas se cerraron», concluyó su historia el sacerdote.