Espectáculos
El poder como estilo de vida: por qué Billions se convirtió en una serie icónica de estos tiempos
Axelroad y Chuck despliegan todo lo que tienen para acaparar al televidente desde el capítulo uno.
Ingresar al mundo de Boby Axelroad (Damian Lewis) es un camino de ida. Pero también puede suceder lo mismo para los que de pronto congenian con el implacable fiscal de Nueva York Cuchk Rhoades, personificado por el inefable Paul Giamatti. Ya Billions no es una serie de culto de los amantes de las finanzas. Está en juego el poder, pero no sólo por el manejo millonario que hacen con los fondos de inversión. También porque se tejen alianzas judiciales y conyugales inesperadas.
La serie, que es original de la cadena estadounidense Showtime, arrancó su primera temporada acaparando poca atención de la crítica; y de pronto se convirtió en una serie de culto. Más aún cuando la plataforma de streaming Netflix, recién salida al mercado, la colocó en su catálogo junto a House of Cards y Breaking Bad. La dupla de Axe y Chuck ya filmó su quinta temporada y los fanáticos piden por una sexta.
Chuck Rhoades es un fiscal de distrito que persigue a los fondos de inversión. Bobby Axelroad preside uno de ellos que sale a escena tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Maneja millones de dólares de los jubilados, excombatientes y convictos. Pero ejerce el poder con un dejo de sospecha, porque para hacerse de los fondos competidores, se sostiene en las amenazas y extorsiones. En algunos casos es despiadado pero en otros un padre ejemplar que es capaz de ir a la cárcel por defender a su esposa y a sus hijos.
Rhoades no dista mucho en sus acciones de lo que se vale su competidor, “despiadado e inescrupuloso”, como lo tildó en su primera imputación de la que salió airoso. Se obsesiona tanto con Axe que es capaz de hackear a su esposa para conocer los ribetes desde dentro de la empresa. Su vida y su matrimonio se desmoronan pero no desiste en atraparlo y llevarlo a una corte penal para que pague por sus crímenes.
Billions no es sólo una serie de finanzas; sino del poder mismo. Pero un poder que respeta a los amigos y a la familia. Axe es el malo, el corrupto, que al final no se aleja en parecerse a esa red corrupta que se teje en el poder judicial, el mismo que lo quiere juzgar y condenar.